Me pregunto qué escuchará allí dentro. Qué esperará de aquí fuera. Salir. Debe ser como un acto de fe. Como nosotros con el ecógrafo. Mirando entre sombras. Que todo esté bien. Que haya latido. Mientras llega, nosotros jugamos en el parque, vamos al super cada día y aprendemos a hacernos comprender. Tú sales menos. No te dejan forzar. En Fallas huíamos de los petardos. Demasiado ruido. Hasta que me vio almorzando en una terraza. Entonces superó el miedo. El instinto de supervivencia surge cuando menos te lo esperas.
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Al día del padre no le di sentido hasta que fui yo uno de ellos. Es narcisista pero real. Como que deseé que se pareciera a mí. Que me pegara los virus, ya no. Ni que me robara los marcapáginas. Yo también me pregunto qué habrá allí dentro. Cómo será. Como si existiera un catálogo de personas. O la normalidad. Creemos los que no tenemos diagnóstico que los raros son ellos. Brendan Fraser dedicó el Óscar a su hijo autista. Un niño muy alegre. Allí reivindicó en voz alta qué es lo único que necesitan. Más tiempo y más amor.
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Con las madres existen hilos invisibles. Irrompibles. A veces todo vuelve. De la manera más inesperada. Y haces crac. Se desconecta y conecta todo a la vez. Con los padres funciona diferente. Los hombres somos más tontos. Robert Downey Sr. es el de Robert Downey Jr. Una deducción lógica. Y un documental de Netflix. Ambos rodaron sobre su vida. En su ocaso. Por separado. Sólo así se pudieron conocer. Estar en paz. Y hablar sobre el Párkinson: “¿Es una lucha? ¿Es un reto? ¿Da miedo?”.
“Hay días que es todo eso”.
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A veces así me siento yo con todo.
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Entonces me voy corriendo a abrazarlo.
Miope 