Es tan absurdo que hasta me entra la risa. Me descojono de mi mismo. Me pasé la vida proclamando mi anti-amor al mundillo fallero. Ya lo saben. Es público y notorio. Por eso, a cambio, como castigo divino a mi verborrea, durante años registré miles de entrevistas a sus protagonistas. Qué fenómeno soy. Un lince.
Pero, en este 2013, no contento, colaboro en dos proyectos. ¿Por qué? No lo sé. Me lo pidieron y me apeteció. ¿Que si me gustan ahora las Fallas? Igual que antes. O sea, poco o nada.
No me negarán que soy tonto de remate.
3 respuestas a “Tonto de remate”
Esas pequeñas contradicciones que nos hacen tan humanos… 🙂
Igual no te has parado a pensar por qué no te gustan, si lo haces quizás quieras conocerlas y empieces a tolerarlas.
¡¡¡Qué a gusto me he quedado!!!
Tú lo que vols es que m’apunte a la teua, no?
Ves contant-me coses bones i a vore si vaig canviant d’opinió.