Juego de niños
Desde que se conoció ayer el fallecimiento de Miliki, no hay rincón del país donde no se haya parado de alabar su figura. No es para menos. Junto a sus hermanos, marcaron las vidas de toda una generación e, indirectamente, de las posteriores. Hoy, cuarenta años después de su regreso a España con «El Gran Circo de TVE», millones de niños continúan cantando sus canciones. Aunque no sepan quién las compuso. Como ya comentaba ayer, en cada ciudad debería existir una calle dedicada a los payasos de la tele. Y otra a Barrio Sésamo.
Parece imposible que se vuelva a repetir un fenómeno parecido: un éxito rotundo simplemente a base de aprender jugando.
Ni los juegos de hoy ayudan tanto al aprendizaje, ni el sistema educativo da para muchos juegos.
Y menos, cara a la tele.