Andamos nosotros preocupados (con bastante razón) con nuestra crisis cuando la noticia del intento de asesinato de Malala Yousafzai nos confronta con una realidad aun peor. A veces, olvidamos que en nuestro planeta hay millones de personas pasándolas mucho más canutas que nosotros. Tanto, que sonrojan nuestras quejas.
Miren, si no, el caso de la niña paquistaní. Tiroteada (con sólo catorce años!!!) por no querer renunciar a su derecho a estudiar. Súmenle a esta historia, otras como la pobreza extrema de ciertas regiones del mundo, el integrismo religioso, la violencia endémica en el ser humano o el cambio climático al que no hacemos el caso que debiéramos. Todo junto les dará como respuesta que hay muchas cosas por arreglar.
Después de más de 6.000 años de civilización toca ponerse urgentemente manos a la obra.