No hace mucho, en un alarde de originalidad, decidí titular este, mi 2013, como #elañodelamano. Un calificativo que supone mucho más que un juego de palabras provocado por un estúpido accidente. Tiene multitud de acepciones en mi dispersa mente. Pero sólo una conclusión final: esta mano la gano yo. Nosotros. Seguro.
No me dan miedo los septiembres. Nunca sufrí de crisis post vacacional.
Sólo entiendo de adaptarme a la vida. Conforme venga. De intentar ser feliz. Dormir tranquilo.
Pongámonos en marcha.
Una vez más.