Dallas-Memphis
No sabría precisar exactamente cuándo ocurrió. Creo que se produjo en la Mirror (la sala mil veces renombrada), en la gira del 10 aniversario, agobiados, casi sin podernos mover. «Avería y redención» no le había entusiasmado y el forofismo de esa noche fue la puntilla: Mi Santa, definitivamente, ya no era fan de Quique González.
Confiesa que no descarta volver pero, dos discos después, sigue sin apenas escucharlo. No aparece en su lista de reproducción. Yo, disimuladamente, subiendo el volumen, intento llevarla a mi terreno. Ella, con menos disimulo, sólo finge atención. Yo, provocador, le acuso de acercarse demasiado a sonidos electrónicos. Ella, cortante, no digiere sus aires country, aunque haya aceptado a Wilco en nuestras vidas.
Pero yo no desisto. Pienso aprovechar su nuevo videoclip, con clicks de Playmobil usando stop motion, para que vuelva a casa por Navidad, el 14 de diciembre.