Somos victimistas por naturaleza. Así que cada profesión dirá que la suya ha sido especialmente vapuleada por-aquella-coyuntura-que-no-debe-ser-nombrada. Posiblemente. Pero la mía más. Lo ha recordado esta semana la FAPE en sus concentraciones por un periodismo digno: 6.234 puestos de trabajo directos han caído desde noviembre de 2008. Para una profesión en la que, tradicionalmente, han escaseado las oportunidades, es mucho, muchísimo. Un golpe casi mortal. Pero más aun para una sociedad donde la información no debería ser sólo un producto de consumo sino una garantía de libertad, de conocimiento. Diría más, como el acceso a la educación o la sanidad, debería ser un don de la evolución.
Pero, la industria de la información sufre para generar beneficios así que, poco a poco, está firmando su sentencia de muerte en una sociedad tan mercantilizada. Da igual medios públicos que privados. Grandes que pequeños. Se estrecha el cerco. Ayer, vía Twitter, me animaban a leer un artículo publicado en el portal Yorokubu donde se explicaba por qué los medios de comunicación ya no somos imprescindibles. Cada cual lo verá de una manera, no hay aun un análisis claro y diversas son las causas de la situación actual, pero no yerra el tiro Borja Ventura cuando explica que, en parte, los periodistas hemos cavado nuestra propia tumba. Egocentrismo, excesiva inmediatez, partidismo, amiguismos, refritos constantes, homogeneidad… diversos vicios que han empobrecido el producto.
Concluye el artículo señalando que el periodismo para sobrevivir debe olvidarse de que es un negocio. Ojalá. Y en esas están algunos. Hoy, por ejemplo, ha abierto su portal español el Huffingon Post y, por otro lado, el Jot Down Cultural cada vez está en boca de más personas. Son dos casos de periodismo de calidad como seña de identidad para el público. Esa es su oferta, su propuesta. ¿Funcionará? Quién sabe. No son los primeros en intentarlo y muchos han caído por el camino, pero mientras no se extinga la llama habrá esperanza. Al menos, están intentando darle la vuelta a un panorama oscuro. No rendirse. Plantear alternativas. Nuevos caminos.
El gran binomio. Problemas y soluciones.