Un señor miope

Lo que les cuento. Que el otro día aun alguien me preguntaba si realmente era miope, si era tanto como decía ser. Pos claro. Y lo dejo por escrito para acabar con esta leyenda urbana. Soy miope. Que lo sepa todo el mundo. Aunque en estas líneas ejercite mi miopía mental, físicamente, si me quitan las lentes no me veo. Miento, me veo, pero mal, fatal, lo que a efectos prácticos sirve para poco. (Un poco menos de) Cinco en cada ojo. Desde los trece años. Como dice mi Santa, soy un miope sin remedio, tengo cada vez los ojos más chiquititos por el abuso de las gafotas. Con los años desparecerán. Me tocará ponerme gafas de esas de broma, de cotillón de Nochevieja.

Qué le vamos a hacer. Cada uno nacemos con una tara. Perfectos no hay. Que no les engañen. Lo que hay es mucho photoshop y mucho chulito. Pero perfects men, pocos. Y no. No pienso ponerme lentillas. Y menos operarme. Faltaría. Lo que empezó como medidas correctoras ha acabado en militancia. Y, vale, tiene sus contras. En la playa no se disfruta igual de las vistas, pierdes precisión en el fútbol (tampoco es que tuviera mucha, pero, de eso hablaremos mañana), se empañan, tu vista se nubla si llueve. No, lo de a veces no saludarles en la calle no es por eso, es por emparramiento, despistao que es uno también.

Pero oigan! Que también tiene algún que otro pro!

Lo que pasa es que ahora no caigo.

Pero seguro que lo tiene.

Bueno, creo.

Si no estoy militando en el bando equivocado.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s


A %d blogueros les gusta esto: