Uno que es lector
No soy un lector compulsivo. Pero, pasan las semanas y, así a lo tonto, van cayendo libros. Hay rachas frenéticas. Temporadas bajas. Y, sobre todo, siempre varios a la vez. Costumbre tonta y poco práctica, sí, pero frecuente en mi. Como leer en la cama. Fácil dormirse, pero, también, fácil perder horas de sueño metidos en la historia. No suelo leer obras excesivamente complicadas. Estoy en esto para disfrutar. Nada más. Si no me gusta, tengo capacidad para abandonar. Cualquier género es bueno si está bien contado. Exacto. Buenas historias. Por eso me enganché a Stephen King, porque son historias muy imaginativas. Supe, en su momento, vencer la reticencias (freak!) y disfrutarlo. Es mucho más que un novelista experto en darnos sustitos y miedito. Por ser prolífico hasta tuvo un hijo (bueno, exactamente tres) que, disimulando, se hizo escritor. Toma. Dos por el precio de uno. Incluso, mejor, diría yo. El traje del muerto. Fantasmas. Cuernos.
Ayer, por fin, lo localicé.
Anoche empecé a leérmelo.