Para que no me tilden luego de ventajista, lo aviso ahora que todo acaba de empezar y va bien: no nos engañemos, organizar las procesiones de Semana Santa y que transcurran con normalidad no es tan complicado. Es cuestión de sentido común, orden y saber qué estamos haciendo, qué sentido tiene procesionar, cuál es el fondo del asunto.
El resto, es todo folklorismo, politiqueo y tonterías. Ganas de hacerlo difícil o hacerse de notar.
Ojo. Y lo digo por todos. Los míos los primeros.