Debe ser que me hago mayor (y por ende, cascarrabias), pero cada vez llevo peor la rumorología, las medias verdades, los argumentos infundados, el opinar sin saber y, en resumen, el «me han dicho que».
He decidido (en la media que pueda, obviously) no entrar más en ese juego. A partir de ahora, sólo creer a las fuentes contrastadas.
Sí, así, como los principios básicos del periodismo.
Basta ya de hacer caso a cualquier chismorreo o juicio de papel de fumar. Aparte del mal evidente que se puede hacer a los involucrados y no le hacemos ningún favor a la sociedad.
Lo peor de todo es que me parto de risa cuando me cuentan historias que yo sé que no son así de primera mano (o, incluso, vivida en primera persona) y aun me quieren convencer que no es así.
Si es que vivimos en una salsa rosa constante.
2 respuestas a “Las fuentes”
Hablando de rumores, me ha dicho una amigo, que le dijo su prima, que su tia le habia dicho, que una vecina habia oido a la cuñada de su amiga, en la cola del super, que su mejor amiga se habia enterado el viernes en el mercado que alguien que te conoce de muy buena tinta, le habia asegurado que tu miopia no es tal, sino que la disimulas para parecer mas «intelectual».
¡¡¡ Como nos has engañado a todos !!!
Vistas las graves acusaciones publicadas, me veo obligado a realizar un desmentido oficial: son casi cinco dioptrías en cada ojo, tengo informes médicos que lo demuestran. Vamos, que soy un gafotas.
Ojalá pudiera reconocer que es cierto el rumor que acapara debates en los bares, porque así en la playa podría disfrutar más del «paisaje».
De lo de jugar al futbol sin gafas ya lo cuento otro día…