La Carbonero y Pedro Cortés
No, no están liados, tranquilos.
Vayamos por partes: Uno de los ejemplos más claros del provincianismo en el que aun estamos metidos en España es la excesiva resonancia que está teniendo Sara Carbonero en el Mundial.
No negaré que, inicialmente, la historia tiene su gracia, la tipa ahí con sus morritos haciendo una conexión en directo y su noviete parando goles (ya me lo imagino, pensando, to’ chulo, «voy a impresionarla con una palomita, aaaaarggg») justo enfrente. Un poco choteo sí es, si no, que se lo digan al Follonero.
Hasta ahí vale, pero luego, eso de que ayer le echaran 80 fotos en 45 minutos antes del partido, me parece excesivo. Y lo mismo con la famosa entrevista a Casillas tras el partido de Suiza. ¿Qué querían que hiciera, no entrevistar al capitán de la selección de la palmatoria?
¿Y todo ésto a qué viene?
¿Soy presidente del Club de Fans de Sara Carbonero?
Pues va ser que no. Pero me da la impresión que o criticamos o nos aburrimos.
Y así nos va. Igual que en lo deportivo: Cuando tocamos, porque no hay velocidad. Cuando hay fútbol más directo porque no hay tiqui-taca. Si no está Torres o Cesc, por qué no están. Si están, porque están en baja forma. Si es sí, es no, si es no, es sí.
Lo dicho, la cuestión es criticar.
Y puestos a criticar (y a justificar la segunda parte contratante del título de hoy), alguien me puede decir qué narices (por no decir, qué coño) pinta Pedro Cortés de delegado de la Selección???
Menudo mangoneo.
Argentina imbatida e invicta en octavos. Ahora la echan… te lo digo yo…
¡que la chupen, Cal·los!
3 de 3. Nada más.