Postal de Roma

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Como Abba en Anatomía de Grey este verano sufro pérdidas de memoria, quién sabe si causadas por los dolores de cabeza culpa, a su vez, de los dolores de cervicales. No sabría asegurarlo. Sólo sé que el cielo está nublado, me miro al espejo y atesoro barba de varios días. En mi cabeza se mezclan sin parar las historias de libros, películas o videos propios. Un puzzle que se va formando poco a poco, como el camino que emprenden Clay y Tom en «Cell» para salvar a la raza humana (o en todo caso, a sí mismos), como el camino del que partimos mi Santa y yo en este verano frío por los más dispares lugares del mundo y que nos lleva, para empezar, hasta la vieja y fascinante Roma.

Podría contaros multitud de anécdotas y lo haría desde el punto de vista del espectador, como si las estuviera escuchando y descubriendo yo mismo por primera vez, aunque juraría que fui yo quién estuvo allí… es complicado introducirse en una mente en estos días, tras agotadoras caminatas, Florencia, Verona, Roma, padecer calor, visitar Iglesias, tumbas y ruinas, descubrir que se venera más al último que al primer Papa, Capilla Sixtina, Coliseo, pizzas, quesos, aceites de Modena, ensuciar la casa-museo de Julieta, repetir sin parar (bajo riesgo de agresión) «e quanto arribo a casa, ecooooo, un capuccino delisiossssso», buscar la pizzeria del Vilas para devolverle su DNI o intentar convencer a alguna camarera que un café «frappé» existe, que no es fruto también de mi absurda imaginación o, en su defecto, de una publicidad mal digerida con el paso de los años.

Quién sabe.

Seguiremos viajando para descubrirlo.

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CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Venezia (Hombres G – Peligrosamente juntos)

2 respuestas a “Postal de Roma”

  1. El café frapé es una invención de la publicidad… qué desilusión al comprobar que no existe… Ahhhh, que se joda Julieta, su tumba y la gorda que la cuida… jejejejej

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