12 segundos de oscuridad

P.D.«/>

“Gira el haz de luz
para que se vea desde alta mar.
Yo buscaba el rumbo de regreso
sin quererlo encontrar.”

En su magnífico último disco, Jorge Drexler canta sobre la oscuridad de la ruptura de una relación y la luz del inicio de una nueva. Lo hace en un arriesgado ejercicio musical con el que romper todo su pudor posible hablando de sí mismo sin más atadura que la rima. Versa a sus miserias y esperanzas. La oscuridad y la luz del faro. Porque lo ejemplifica en el tránsito entre haz y haz de luz del Faro Polonio de Uruguay. Doce segundos exactos.

Para Drexler, es la metáfora de esta etapa de su vida. Para el resto, como cualquier buen disco, cada lectura se convierte en propia relectura.

Yo también quiero romper con el pudor. Dejar que, a veces, esta bitacora hable de uno mismo sin más justificación, porque todos tenemos nuestros 12 segundos de oscuridad. En mi caso, significan el tránsito entre el cabreo, la ofuscación, los nervios y la ansiedad hasta la sonrisa, el sentido común, la tranquilidad y el respiro. Puede que a veces dure más de doce segundos, pero siempre en los peores momentos, hay que caminar y acercarse a la luz. Cuesta respirar hondo, evitar que la cabeza corra más que uno mismo, pero todo se puede tranformar, dejarlo correr y mirar hacia adelante. Sonreir.

Y no es que estas navidades me sean tristes o haya en el horizonte algún nubarrón difícil de superar. Que va, ni mucho menos. Nunca me quejé de lo que me ha tocado. Pero hay veces que se sufren apagones. En la mayoría de ocasiones son por detalles minúsculos, necios y estupidos añadiría, como una revista mal maquetada y el desprecio de quien no sabe comprender un error, una posible enfermedad que queda sólo en un susto, el excesivo trabajo sólo para la galería, la necesidad de que el mercado laboral abra un hueco a quien se lo merece, los propios temores infundados…

Pero, al final de toda esta carrera, cuando pasa el tiempo (en todo lo anterior, sólo una semana), uno descubre, como canta el bueno de Drexler, que el mérito no radica en disfrutar de la luz, sino en saber afrontar la oscuridad. Sentirse iluminado cuando no hay luz. Y yo añadiría, ser fuerte cuando las cosas vienen mal dadas, optimista para encontrar la salida, porque la hay, tener paciencia y, sobre todo, sentirse afortunado por lo que tuvimos, por lo que vivimos ahora y por lo que queda por delante. Porque la oscuridad siempre da paso a la luz.

Y total, si tan sólo son doce segundos de oscuridad.

“Un faro quieto nada sería
guía, mientras no deje de girar
no es la luz lo que importa en verdad
son los 12 segundos de oscuridad.”

2 respuestas a “12 segundos de oscuridad”

  1. Olé per el post! Sense dubte el més important és això: saber fer front a l’oscuritat. Siga el que siga, tarda més o menos, però sempre pasa…

    Per cert, moltes gràcies per la postal. Molt xula. Gràcies per «cuidar» de les meues «Supernenes», jeje…

    Bon Nadal!

Replica a Inma Cancelar la respuesta