Miope

P.D.«/>

Lumus varitaaa!!!!

Como un enano. Esa es la palabra exacta para definir mi parámetro de disfrute ayer, entre las 19:15 y 21:45 de la tarde: disfruté como un enano. Qué ilusión, mare. Com un xiquet. Qué mágico (nunca mejor dicho) ese momento cuando, ténuemente se empezaba a percibir la melodía de la banda sonora y mi Santa, Laura y yo nos cogimos de las manos emocionados. Yes!! Sí!! Por fín!! Empieza la aventuraaaaa!!

¿Os lo imagináis, no? Soy «mu» fan de Harry Potter. Me he engullido todos los volúmenes y me he zampado todas las pelis. Bueno, realmente, de lo que soy fanático es de los libros de J. K. Rowling. Es lo que más me llena, me motiva. Ahora estoy pendiente de que llegue la edición en castellano de «El principe mestizo». Pero, claro, mientras tanto, es golosísima una peli donde comprobar si lo que tú imaginabas concuerda con la visión del director.

No voy a ponerme hoy de crítico de cine, porque no sería demasiado objetivo dada mi declaración de intenciones del segundo párrafo. Sólo puedo asegurar que me tuvo absorto y feliz durante dos horas y media. Aun así, me gustó más la tercera, pero es mejor el cuarto libro. En definitva, que es buena película. La recomiendo, jejeje. Eso así, cada vez es menos para niños (incluso en el humor y los detalles) pues sigue la senda oscura de la anterior («llegan tiempos sombríos» proclama, concluyendo, Dumbledore) y, en varios momentos, incluso, con suspense i por. Lo prefiero así.

Y, claro, si todo ésto lo aderezas con una cena en el Foster con tu Santa, seis amigos más y un adolescente madridista (la única pega), pues, que más puedes pedir. Poco. Aunque, como siempre, hay un punto negro. Ese ataque hormonal de todas las féminas cuando Harry aparece en la bañera. Muy mal, chicas, yo no miro a Hermione ni a la francesita con ojos depravados.

Iba a adjuntar la foto de la bañera. Pero, pongo esta para enfriar el ambiente. Os jodéis.

P.D.«/>