Miope

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Yes, amiguitos, he resucitado, veo la luz al final del tunel.

Aun estoy bastante convaleciente (me he escapado de casa con unas cuantas placas de pus en las anginas para cortejar el interné de mi Santa), pero parece que lo peor ya pasó tras seis días de altas fiebres, delirios, sudores a mares, imposiblidad de tragar, agotamiento, dolor de cabeza y una sensación de impotencia por no poder hacer nada que me deprimía una burrada.

En fin, hoy he cruzado el ecuador del tratamiento (cuatro tipos distintos de pastillas) y empiezo a asomar mi cara y mis dos kilos menos por la calle.

Le he dicho a mis progenitores que me recuerden que no debo volver a ponerme malo, porque paso de estar parado.

Menos mal que he tenido a mi enfermera particular (Mi Santa, la de Pamplooooona, tenía una semana sin clases, estamos compenetrados), el Digital + (a parte de mucha música, pelis y series antiguas he descubierto «Las Vegas»), la play 2 del Tete los últimos días y mi sueño constante para hacermelo todo más llevadero.

Lo peor de todo es que el sábado, aprovechando que mi Santa estaba en Cullera Beach, decidí no salir con nadie para pasar, al menos, un fin de semana tranquilo en casa, que nunca estoy.

Ironías del destino. El domingo me puse malo y me he hartado de casa.

En fin…. salud, dinero y amor… no lo olviden.