Cántaros de rica miel

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Os puede resultar extraño verme hoy hablar de senos femeninos y, más concretamente, de pechos grandes. No me enfadaré si me tildáis de guarro o pervertido. Pero no me juzguéis tan rápido. No es una obsesión personal. No soy fetichista ni nada parecido.

Todo viene a cuento del pasado día junior en Alaquàs. Parece extraña y sucia la relación entre ambos conceptos, pero fue el tema recurrente de conversación en la sobremesa. Y no sólo de los educadores masculinos, ya aviso.

El calor altera las hormonas y tres mujerazas agitaron nuestros biorrítmos: «la picanyera» (Xavi, pillín, pillín), «la de morat» (m’abocaria allí dins de cap, Antonio dixit) i «la pechugas» (denominación de origen made in Amparo Mora). Eran tres pares de pechos (3×2=6) de gran magnitud aunque diferente estructura.

Puntualización: Estamos hablando de educadoras, no de niñas. Por si acaso lo aclaro.

Esta fijación de los varones juniors puede sonar habitual, pero que el colectivo de educadoras féminas organice visitas en camuflaje para comprobar in situ los motivos de nuestra admiración, ya es otra cosa.

Para colmo, ayer, en la cumbre de responsables juniors en mi chalet. El tema volvió a saltar encima de la mesa aprovechando la presencia de Mabel. Encima, cierta persona (no citaré su nombre para preservar su dignidad, pero yo no fui) se empeñaba en que la Mabeluda se bañara en la piscina. ¿Por qué?

¿Qué tienen los pechos grandes que tanto nos atraen? ¿Por qué es imposible no mirar de reojo un escote cuando su ama y señora te lo muestra?

La verdad no la llego a alcanzar. Desde mi humilde personita, sólo puedo hacer más que disfrutar el arte del destape primaveral y evitar que mi santa me golpee por cochino.

Una respuesta a “Cántaros de rica miel”

  1. Jaaarl!! Te vares pedre el partit d’ahir vist desde una perspectiva més alta… Preguntali al teu amic el Forner «la vista» que tenia desde allà dalt… això si del partit no li preguntes, dude que s’enterara d’algo… si es que tiran más dos tetas…

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