Ayer, en plena vóragine cultural que nos ha entrado a mi Santa y a mí (un concierto casi por sábado, aunque este último finalizara antes de lo previsto, sin ver a Señor Mostaza, por una indisposición de mi señora esposa), fuimos al TAMA a presenciar la final de la Lliga d’Improvisació d’Aldaia. Nos trajimos con nosotros a Salva…

  Ayer por la tarde, los majetes de Gomaespuma contaban en sus noticias noticiosas que un hombre había comprado un cromo de un jugador de baseball por 2,5 millones de dolares. Cágate lorito. Más de 400 millones de pesetas. Ande, ande, que le sobra el dinero al tío. Claro, los gomaespuminos todo era faltarse con el despilfarro…

  Otra vez volvimos a disfrutarlo… Otra vez volvimos a ser los más ingeniosos… Otra vez volvimos a acudir con un único ensayo… Otra vez no nos llevamos ni un premio, no como el resto de la Zona… Otra vez no importó, al festival nunca vamos con la misión de ganar nada o nadie…

  ¿Y ahora qué? Otra gran pregunta… Mentiría si dijera que hoy no sufro la misma sensación de miedo al vacío que padecí las anteriores ocasiones en que eché a andar al blog. Cada pseudocampaña publicataria para anunciaros la nueva dirección me ha rasgado con la misma angustiosa pregunta: ¿Merece la pena? ¿Qué hay de interés en lo que uno escribe?…

  ¿Y qué paso antes? ¿Qué provocó que un rayo malévolo fulminara El Código de Carles 2.0? ¿Existió realmente el mes de enero? ¿He perdido todos sus post para siempre? ¿Merece la pena recordarlo? Tantas preguntas y tan pocas respuestas… Con mi memoria de hormiguita no recuerdo al 100% qué hubo y qué pasó en la…