He decido, unilateralmente y sin anuncio previo, convertirme en zurdo. Así por las buenas. De hecho ya lo soy. Créanlo. Este mismo artículo ha sido escrito con mi mano izquierda ante la estupefacción de la diestra. Ella no tiene la culpa. Ya se lo he confesado: no es por ti es por mi. Lógicamente tengo…

Me lo tengo prohibido. Pero, de vez en cuando, me descubro a mi mismo haciendo planes de futuro. A medio y a largo plazo.

Misteriosamente, en contra de todo lo que podía imaginar, ese día, y en todo momento, estuve muy tranquilo. La razón sólo podía ser una.

En las últimas semanas, entre los piropos varios a los que habitualmente soy acribillado, me han repetido varias veces que soy una persona optimista. Vaya. Guau. Pero… no creo que sea así. O, al menos, en toda la dimensión del término. Realista optimista lo calificaría mejor. Y, simplemente, porque la vida me ha enseñado a…