Andan las redes sociales un poco revueltas por un vídeo doméstico en el que se ve al mismísimo Barack Obama en un gimnasio de Varsovia enfrascado en su tabla de ejercicios matinales. Que si vaya fallo de seguridad, que si vaya bostezos, que si menudo careto en los movimientos arriba y abajo. Ya saben, a veces Facebook y Twitter son un gran patio de vecinas.
Pero, qué curioso, lo que para muchos es chocante, esa imagen de andar por casa que nos ofrece Obama en chandal levantando pesas, esa humanización del presidente divinizado, a mi me reconcilia con el mundo.
Los sufridos pedaleos en bici estática del señor que creó (asesores mediante) el «Yes, we can» me recuerda que, al final de cuentas, todo héroe, todo personaje histórico, fue antes anónimo y se tuvo que crear día a día. Quieran o no, esa gran personalidad que admiran tiene días malos como cualquier hijo de vecino, sólo que ha aprendido a superarlos.
Si nos lo proponemos, todos podemos ser Superhéroes.
(Continuará…)