Me demanda un fan la consabida crónica del Mig Any (tanto dar la tabarra con ello) y, claro, uno no sabe decir que no. Pero tampoco sé que decir. No porque no se pueda contar demasiado, al contrario, días tan intensos dan para mucho. Sino, porque, puedo volver a caer en la tentación del autobombo fácil. Qué bien nos lo pasemos, cuánto nos reímos, semos los mejores. Hasta (aclamada) peli tenemos. Un lujo de filà, vamos.
Posiblemente. Pero por esta vez no lo diremos. Humildad ante todo.
Nos guardamos nuestro tesoro para nosotros.
PD. Respecto a comentarios sobre el frío, comida, precio y tal. Pues ná, lo de siempre. En pleno enero y para tanta gente es difícil acertar. Yo no me quejo. Eso sí, qué risas con la orquesta. Que no se diga que no lo damos todo.