Por mucho que avancen las tecnologías, la radio siempre será mágica. Te habla directamente a ti, al oído, a lo más hondo. La voz tiene tantos matices que, a veces, con tanto sobreexposición de imágenes, lo olvidamos. Es, sin lugar a duda, el medio de comunicación más humano. La radio es sentimental. Nos podrán mostrar en la televisión millones de imágenes ilustrando cualquier acontecimiento, pero las historias contadas por la radio saben diferente. Están vivas.
Ayer, vivimos uno de esos momentos mágicos. Una conexión telefónica única. Aunque nunca hemos perdido el contacto, ha pasado mucho tiempo desde que estas dos jovencitas, Iris y Laura, con quince años, jugaban a hacer radio los sábados por la mañana. Ellas crecieron y nosotros también. Una se hizo famosa y, la otra, emprendedora como nadie, decidió lanzarse a Europa en busca de una aventura periodística.
Conectamos en directo con Nantes para pasearnos por sus calles y escuchar la aventura de Laura de su viva voz. La entrevista iba perfecta. Cercana, amena, interesante. Pero subimos la apuesta. Y las pusimos en contacto. Y se emocionaron. Vaya, si se emocionaron. Ellas y toda la audiencia.
Por eso me encanta trabajar en la radio.
Miope 