Aunque El País de hoy publique un reportaje («Los ricos bailan solos») mostrando que lo de la liga española a la escocesa no es un caso aislado y que, desde la Ley Bosman, todas las grandes ligas europeas son cosa de dos o tres, queramos o no, habernos alienado del lado de los dos ricos en el tema de los derechos televisivos deja patente dos verdades:
A) Estamos arruinadísimos.
B) Seguimos instalados en el provincianismo.
Por eso Preciado es el héroe de media España. Porque hizo el «toma moreno» que todos hubieramos soñado hacer ante el bus madridista.
Por eso, hoy, veremos el clásico con una mezcla de emoción, envidia… y resignación.