Ayer, al filo de la medianoche, la montaña rusa llego a las cotas más bajas de las últimas semanas después de contemplar estupefacto como todo lo preparado durante horas se iba al carajo por esos misterios que a veces tiene la informática.
Pa’ llorar.
Pero no. Hoy (prontito) la hemos obligado a subir hacia arriba, a recuperar el tiempo perdido, no hay posibilidad de lamentarse, sino de actuar.
Fuerza y honor.