«Los quince All Blacks se colocaron en el centro del terreno de juego, en amplio despliegue, cada uno con las piernas separadas y medio de cuclillas.
A un grito del capitán, comenzó la danza.
Entre gruñidos, sacando la lengua, grandes pisotones, palmadas en los muslos, pechos hinchados y gestos amenazadores, los All Blacks entonaron su canto que acababa con un enardecedor final:
Te-nei te tangata pu-huruhuru
Na-na neu i tiki mai whakawhiti te ra
A upane, ka upane
A upane, ka upane
Whiti te ra, hi!»
(John Carlin – El factor humano)
PD. Cada vez que tengamos que enfrentarnos a un nuevo reto, a superar un nuevo obstáculo, clamaremos como los neozelandeses: ¡Un paso hacia arriba, otro paso hacia arriba! ¡El sol brilla!

