Los lunes duelen. Todos lo sabemos, pero nos hacemos los duros, fingimos que no nos afecta, que estamos inmunizados. Pero, pese a que la vida tiene más de cotidiano que de extraordinario, la última hora del domingo y la primera del lunes siempre duele. Aunque sea leve, pero duele.
Y más, después del fin de semana tan intenso que hemos pasado.
Pero no se desmoralicen hoy. Que el dolor se atenúa y pasa. Además, si no hubiera semana, no tendría gracia el fin de semana. Todo es cuestión de perspectiva.
Lo cotidiano también tiene su aquel.
CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Romance de Juan de Osuna (Los Planetas – Cuatro palos)
