
Me arrastraba anoche destrozado por el pasillo de casa, a punto de caer desmayado en la cama con los ojos irritados tras un par de horas con Mi PC, cuando, en un último esfuerzo supremo encendí la TV. Como si el destino tuviera ganas de reírse de mi extraña pose en pijama sentado con la boca abierta en la cama, la primera imagen que apareció en la pantalla fue un documental llamado «Narcolepsia» que echaban en Cuatro.
Curiosa aquella teoría de acción y reacción, porque ante unas imágenes que evocaban sueño y más sueño, mi cuerpo reaccionó desvelándose ante la sucesión de escenas (la mayoría tronchantes) de personas de carne y hueso desplomándose dormidos de repente.
Ríanse de la famosa parodia de Palomino en BNF, pero no sólo es cierto ciertísimo, sino que es más común de lo que parece (20.000 personas en UK): el cerebro se cortocircuita enviando señales equivocadas de «off» al cuerpo al pensar que se está en estado de vigilia o sueño, con lo que la máquina se desconecta y, el tipo que, en ese momento, está charlando contigo tranquilamente, va y cae en un somnolencia irresistible.
Digno de ver, oigan. De hecho, los enfermos del documental, mientras eran entrevistados, cada un tiempo, caían en un zzzzZZZZZzzzzzzz…
Curiosa enfermedad. Aunque, yo creo que, como las abuelas, estoy padeciendo justamente el síndrome contrario, porque, últimamente, mi cuerpo ha decidido decir basta a las siestas de una hora y me las ha recortado en 30 minutos.
Será cabrón.
CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Maps and legends (R.E.M. – Live at Olympia)
