
No sé. En toda esta historia de los lazos blancos pro-vida en los hábitos de la Semana Santa, me da la impresión personal, bajo pena de mear fuera de tiesto, que en la decisión acordada se ha pecado de poco valiente.
Primero, porque había debate social pero tampoco un run-run en Torrent que obligara a tomar una decisión rotunda para evitar nosequé problemas o politización. Segundo, porque con la decisión tomada y (supongo, si se sucede el caso) con la «invitación» a quitárselo a quien lo lleve el domingo, posiblemente sí se pueda crear mucho más debate y polémica del hecho primero en sí de que alguien hubiera llevado un simple lazo en sus hábito.
Que sí, que sí, que entiendo los argumentos, que la normativa interna es clara y que tal y que cual. Si no les quitaré la razón yo, pero no sé, me da la sensación que se ha sido poco valiente. Poco valiente para expresar públicamente lo que uno piensa no sólo con una declaración en prensa, poco valiente por no dar libertad al resto, poco valiente por no vivir con la mayor de la normalidad que alguien hubiera decidido llevarlo.
No creo que se politice nada ni se quite respeto a ninguna procesión por llevarlo. Simplemente, teniendo en cuenta el espíritu religioso de la Semana Santa y lo que hubiera hecho Aquel por el que se hacen las procesiones, lo más lógico es que más de uno quisiera ponerse un lazo blanco en el hábito para mostrar minúsculamente lo que piensa y que el resto lo viera como normal. Y sin más historias ni prejuicios.
En fin, pero tampoco me sorprende la decisión. Hoy en día es complicado mojarse o posicionarse porque siempre sabes que a alguien le va a sentar mal. Y, ya sabemos que la Semana Santa de Torrent, pese a los esfuerzos de todos, bascula a menudo entre la religiosidad popular y el folclorismo. A veces viene desde fuera, pero también desde dentro.
Lo más curioso es que cuando el 11-M, nadie criticó los lazos negros vistos. O llegar gorros tras el encuentro glorioso. O las diversas insignias. O ciertas bromas de fraternidad en sábados santos. Se vió con una absoluta normalidad. Lógico. Si al final, somos el resto los que le damos más importancia de la que tiene, ciertas actuaciones.
Lo más curioso es que yo no me había planteado llevar el lazo, pero, oigan, que me están entrando unas ganas de llevarlo por comprobar que me dicen que no veas.
Lo sé, soy un puncha.
PD. Post desde el más absoluto «buen rollo» y normalidad. Que nadie se confunda. Que quiero la semana santa torrentina como el que más. Sólo es un breve pensamiento.
CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Anytime (Neil Finn – 7 worlds collide)

Una respuesta a “Normalidad”
Considero que cada uno es libre de llevarlo o no. Quizá como dices, el problema está en que hay más folklorismo del que debiera.