
La vida es un absurdo melodrama. Un tobogán de pequeños éxitos y derrotas cotidianas. Nunca puedes cantar victoria ni asumir la derrota. Es tragicomedia en estado puro.
Ni más lejos que hace un par de semanas, enfrente de mi morada aparecieron unas sorpresivas señales que nos anunciaban dos días de prohibido estacionar por motivo de «Mejoras en la vía pública». Qué alegría, qué alborozo. Un barrio tan olvidado en este tipo de reformas y que luce orgulloso su empedrado por muchas calles (y que dure), iba a recibir unas mejoras en su vía pública.
Curiosos todos, estuvimos esperando a que llegara el día en que pasaría Mr. Marshall por nuestras calles de a l’altre costat de Vora Sèquia. Esa mañana, en nuestro horno alguna agorera ya nos dejó caer que no era el primer barrio en recibir estas reparaciones y que lo único que estaban haciendo por ahora era una limpieza fuerte de la calle.
Y así fue. A las 08:00 de la mañana vimos llegar las máquinas que pasaron el Mr. Proper por nuestras calles. Limpiaron y se fueron. Y nada más.
Lástima, pensamos. Otra vez será. No hay prisa. En nuestro barrio nunca hay prisa.
Pero, volvamos al principio y no olviden: la vida es pura tragicomedia.
Sí amigos. No habrán pasado ni quince días y la fatalidad ha querido que esas «mejoras en vía pública» hayan sufrido en sus carnes las ironías del destino.
Esta mañama, y precisamente, el propio mecanismo móvil que limpia Torrent, se ha quedado tirado en mitad de la calle tras sufrir una avería. Cual animal herido, ha empezado a perder algún líquido interno, desangrándose poco a poco, dejando un reguero oscuro, hasta desplomarse moribundo justo a lado de mi casa. Allí está aun.
No hace falta que les cuente más. Imaginen como ha quedado todo.
Lo dicho. Pura tragicomedia urbana.
CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Supersonic (Oasis – Definitely maybe)
