No voy a teorizar demasiado sobre el tema porque no soy experto y parecería una clase de Introducción a la Economía, pero hay cosas que en el jaleo este de la huelga de los transportistas que me hacen gracia, porque como decía esta mañana un oyente (de trabajo comercial) a Francino en el «Hoy por hoy»: «Yo también soy autónomo y si tengo malas rachas nadie viene a ayudarme ni incendio camiones».
Pues eso, que yo también soy autónomo y me busco la vida lo mejor que puedo si el mundillo laboral se mueve. Es lo que tiene el libre comercio. Porque cuando el sector va al alza y el dinero entra, nadie baja los precios ni se queja, pero cuando vienen mal dadas, ay amigo, me río del libre mercado, que el Gobierno venga a mi rescate, me proteja y se cague en la libre competencia. Y claro, mientras nos aclaramos cómo me ayudas (evidentemente, el mercado de la gasolina no está en manos nacionales), pues a joder al personal, porque mi derecho que se respete por encima del tuyo (ayer me quedé sin merendar mi sandwich de sobrasada por culpa de la paranoia del desabastecimiento!!!).
Si al final, es como aquel al que robaron el queso, que en vez de ponerse en marcha y encontrar soluciones propias, mejor quedarse quieto (parado) y que me solucionen otros el problema.
Si es que estamos demasiado acostumbrados a la política de subvenciones.
CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Perdimos el control (Nacho Vegas – Desaparezca aquí)

