Para que luego no me digan que yo no tenía razón: Soler era el gafe. Más que gafe, gafón. Sólo hay que ver los resultados del VCF desde que dimitió de la presidencia: se las pira y nos metemos en la final de la Copa y le ganamos al líder en su propia casa. Bingo. Barça, crack. Madrid, catacrack. La banca gana. Y mientras, yo, purgando mis males, como penitencia, en la processó dels Dolors. Aun me pregunta JesúsGi, minutos antes de salir en mi particular jueves de dolor, que por qué estoy allí y no en Mestalla. Reconozco, que no supe explicarlo del todo bien. Es algo que sale de dentro. Llámalo fe, llámalo sentimiento, llámalo devoción. Como la de Morera a su amo, llorando en el palco mientras la presentadora-fallera le daba palmaditas en la espaldas. Qué pena, qué pena.
Agustín, no llores tanto, hombre, que aquí ganamos o perdemos todos. Y, que quieres que te diga, pregúntale a Jaume Ortí, mereciéndolo o no, los hay que nacen con una flor en el culo y los hay que no les sale una a derechas. Llámalo gafe. Y, por ahora, tu amigo, el máximo accionista Soler es uno de ellos.
Qué mala zuerte, chato.
CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Living well’s the best revenge (R.E.M. – Accelerate)

