The bodyguard

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Después de todo el mogollón del Reina Sofía y el posterior marathón de hospitales, futbol, reuniones, almuerzos,  rapeos, confirmaciones, asambleas, series de televisión y demás cosas varias; hoy tocaba regresar a la realidad, pero ha sido imposible, el pasado siempre vuelve a buscarte, y, pronto, ha llegado a mí en forma de esta fotografía del equipo de comunicación de Aldaia junto a la vicepresidenta y la alcaldesa el jueves en el set de la ràdio en el TAMA.

Si se fijan bien, en la imagen se evidencian dos cosas:

a) No sabemos posar. Cada cual con más cara de tonto.

b) El elemento extraño. Ni en la foto nos dejaron tranquilos los guardaespaldas.

Aaaay, los bodyguards. Sin ellos, nuestra aventura no hubiera sido igual de entretenida. Porque, aunque no creo que tenga mayor importancia relatarles todo el entramado organizativo y de comunicación del Reina Sofía (toda una experiencia práctica de grandes eventos, una crónica larga y dura de contar que prefiero dejar para tertulias de bar), si que es necesario resaltar a esos fornidos y serios guardaespaldas (junto al equipo de protocolo de la Mari Tere) que tanto nos hicieron sudar. El palo que nos metieron por el culo para que todo fuera perfecto al 100% es digno de alabanza. No se dejan nada a la improvisación, sólo se rompe el protocolo si la Vice así lo decide, el resto todo serio serio, estudiado, casi coreográfico (como bien diría Rafa Roca, es entre fascinante y absurdo el montaje), según sus pautas, según sus normas, si hay que desmontar salones de plenos se desmontan, todo bien orquestado, como si fuera la serpiente multiculor de la Vuelta Ciclista, un dispositivo calculado al milímetro, y, allí, en medio de esa sinfonía protocolaria, aparecene nuestros machotes guardaespaldas, ahí, ahí, a defender, a mirarte hasta hacerte sentir sospechoso, a controlar el tema con elegancia, con discrección, haciéndote sudar, correr, sin concesiones, a piñón… aunque, al final, cuando todo esté controlado te susurren: «Está todo perfecto, enhorabuena».

Mamones. 

PD. Nota al lector: Entiéndase la imagen y el post de hoy sin ningún matiz político.

CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Luciérnagas y mariposas. (Lori Meyers – Cronolanea)

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