En verano, en cualquiera de mis visitas al hogar marítimo de mi Santa, resulta imprescindible dar una vueltecilla ya entrada la noche por el paseo marítimo. Por la tarde, al anochecer, ya saben, la única misión posible es bajar al chiringuito a tomar algo y marujear. Esa es la genuína vida playera que me ha conseguido sacar en verano dos o tres días a la semana de la montaña.
A lo que ibamos, en esos paseos nocturnos, cuando cruzo delante de cualquiera de los Florazar siempre tengo la misma visionaria escena mental ante tales moles: joer, con tanta ventana y tanta luz allí plantada, se podría jugar a escribir palabras combinando luces y balcones.
Se saldría. Menudo espectáculo. Menuda exhibición. Escribir «Amunt Valencia» en días de futbol, «Prohibido bañarse de noche» los de Cruz Roja, «Hoy campeonato de parchís» las abuelillas, o «Hola José María» cuando pasa la tradicional avioneta de «Rumasa». A cada cual sus gustos.
Sé que pensaran que es una chorrada más de las mías, aficionado que soy a pensar invenciones imposibles. Pero no. La realidad supera la ficción de mi cabeza.
Copio y pego:
Ya habíamos visto iniciativas como estas, utilizando un control remoto para encender y apagar las ventanas de un bloque de oficinas y jugar al ‘Tetris’ en la fachada de un edificio. Pero esta es la primera vez que lo veo con piezas en color. Se trata de un proyecto de estudiantes finlandeses, que han utilizado para ello un conocido edificio de apartamentos universitarios.
El objetivo era crear la mayor plataforma física de gráficos en color, utilizando cada ventana como si de un píxel gigantesco se tratara. Para ello, se han colocado LEDs de distintos colores en las ventanas de dicho edificio.
Controlando el encendido y apagado de dichas luces por ordenador, a través de un teléfono móvil con conexión inalámbrica BlueTooth, se consigue algo tan espectacular como esto: un Tetris descomunal.
Lo dicho, si al final mis tonterías mentales se quedan cortas.
CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Esta madrugada (Amaral – Pajaros en la cabeza)

