05:00 AM

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Tengo comprobado que las situaciones más inesperadas e inverosímiles en Festes ocurren al final de la noche, rayando el alba, a última hora, cuando las miradas ya no enfocan a ninguna verbena o party (un hecho empírico por el que, por cierto, no creo que me den ningún Nobel, ya que es de una lógica aplastante). Es en esa coyuntura, cuando el mundo se convierte en una especie de Hora Chanante o Dia del Orgullo Friki a base de personajillos, risas tontas y demás efectos de la ingesta de alcohol en el ser humano.

Es en esa hora bruja cuando a mí me entra un hambre atroz y mi enclenque cuerpo pide una retirada a las trincheras, pero, oh ironía del destino, nunca consigo llegar a casa a causa de elementos ajenos a mi existencia y una perreria inmensa. Es en esos mágicos momentos, cuando no distingo realidad de ficción, no sé si estoy ya durmiendo o es real lo que ven mis ojos. Es el momento en que todo el mundo empieza a flipar por todos los costados. Es el momento que en días posteriores rememorarás entre risas. Es el momento que por mucho que lo intentes explicar en un blog, dudas mucho que alguien llegue a entenderlo, porque sólo se explica viéndolo con tus propios ojos.

Es el momento que en otros años se plasmó en el secuestro del Lobo, robos de palmeras, vallas, sillas y otros materiales punibles, ingesta de bocadillos de sofrasá y/o McAuto, cacerías de oronetes, procesiones fantasmas… momentos que este año se convirtieron en dos absurdas escenas más dignas de los Monty Phyton entre la calle Jaume I y Marco, en un corto itinerario que duró cerca de 45 minutos de recorrer. Primero, en Na Violant (nuevo centro de la perversión humana, por cierto) a base de conversaciones sin sentido, papas y cortezas del Llustre, Gera, mi Santa afónica, la mitificada Paula Soto o una SuperSonso más super que nunca. Luego, con el intento de comerme una napolitana de chocolate en el único horno abierto del mundo en una loca aventura junto a Salva, Laura, Nacho, Chenoa, el Pino, unos escandalosos gorrones, músicos xarangueros y Comilitons que aparecían por todas partes.

Nunca con tan poco nos reímos tanto.

Claro, ya lo entiendo, eran las 05:00 AM.

PD. Este año poco he podido permanecer hasta estas altas horas de la madrugada por motivos laborales, aunque los fines de semana sí pudimos estar al 200%, como diría mi Santa. Impagable la verbena de Eduard Forés (pese al agobio de gente) y ese peaso de Barrejat VI que fue más multitudinario, bestial, animal, peligroso, sexual y mojado que nunca. Objetivo cumplido. Creo que con ésto, ya cierro el serial Festes’07.

CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Do the evolution (Pearl Jam – Live on two legs)

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4 respuestas a “05:00 AM”

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