Pese a ser unos declarados adoradores de Tarantino como somos públicamente mi Santa y yo, hasta hace pocos días teníamos una cuenta pendiente con su filmografía: «Reservoir dogs». Era imperdonable el poco trato respetuoso que habíamos tenido durante estos años con su opera prima. Yo la vi hace años y mi cuchi-cuchi ni siquiera la había contemplado. Imperdonable.
Pero, no se crean. Toda la culpa no era sólo nuestra. En un claro ejercicio para convertirla en obra de culto (de hecho ya lo es) no se ha sacado en dvd ni emitido en años por televisión. Es una jugada evidente, porque si se fijan, a cuentagotas van mostrando Pulp Fiction o Jackie Brown por la tele y casi ninguna está editada para formato hogareño. Nada de nada. Así que, entre unas cosas y otras, cada vez yo recuerdaba menos escenas de los hombres de traje negro y nombre de colores y, en el caso de mi mujercita, cada vez los dientes eran más largos por verla. De hecho, hasta teníamos la banda sonora. Potentísima, por cierto. Sólo nos faltaba la guinda del pastel para la peli que, probablemente, mejor define la filosofía cinematográfica tarantiniana: estilo impactante mezclado con escenas altamente violentas con diálogos brillantes. A cada cual sus gustos. A mí me encanta su obra, otros la aborrecen.
Pues a lo que ibamos. Que la deuda histórica ha quedado salvada. No, no la echan mañana por Cuatro. Ni la publican en dvd para verano. Que va. Nos la hemos descargado del e-mule. Algunos os reiréis pensando «¿y tanto habéis tardado en recurrir a la solución de la mula?». Pozi. No somos piratas de pelis. De series sí. De discos raros o de grupos nuevos para ver como suenan por si vamos a sus conciertos, también. Pero de robarle dinero al cine, no. Tontos y románticos que somos. Por ahora no nos hemos hecho muy aficionados.
A no ser que sea con peliculones desclasificados.
Tarantino. Amén.
CANCIÓN PARA ESCUCHAR: Little Green Bag (George Baker Selection – BSO Reservoir dogs)

