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Tras una semana de pseudotrabajo, llegó la segunda sesión de puente pascuero con sus actividades varias, relax, comiditas y excursioncillas. Como siempre, la cuestión es desconectar y, como esa lección la tengo bien aprendida, pues ha sido sencillo. En este caso, de nuevo, la variedad ha sido la nota dominante:
– Viernes: Furgol 7, Foster’s e intento fallido de cine.
– Sábado: Xátiva (seminario menor), viaje fugaz a Valencia y, oh por fin, el cine (peliculón: «Bienvenido a casa» de David Trueba)
– Domingo: Cullera a tope!!!
– Lunes: Día sabático en el hogar de Mi Santa ejerciendo de enfermeros de su mother entre videos juniors, Pulp Fiction y gofres.
A parte de la grata y variada compañía en todos los momentos y de aprender a llorar delante de las mujeres apretándome un huevo (ésto sólo lo entenderéis si veis la peli), lo más interesante e inesperado ha sido mi creciente afición a volar cometas. Sí, habéis oído bien. Ya sé que es lo típico pascuero y que estoy crecidito de edad. Pero el rollo cometero está de pujanza y, por lo visto, no sólo a mí.
El gusanillo empezó a picarme el sábado mientras esperábamos a que apareciera el Cura Chechu. Maese Benengeli sacó su cometa de «Los increíbles» y, entre olor a ajo (no puedo explicar más porque nunca sabremos de donde provenía), contemplé como izaba el catxirulo. La lástima es que se nos rompió el invento justo cuando hacía acopio de valor para pedirle que me dejara jugar un ratillo.
Jejeje, pero la vida siempre da nuevas oportunidades, y al día siguiente, tras una apacible jornada en Cullera Beach, paseando por el paseo (redundansia) Elenita tuvo la genial idea de decir: «Menudo viento, ¿por qué no compramos una cometa?». Lo que comenzó con unas risas, acabó en una gran demostración de cometismo puro y duro, con grandes ascensos y descensos perfectos, lecciones a unos «copiones», carreras por la arena, giros, pseudopiruetas y alguna que otra escapa libre del catxirulo…
En honor a la verdad hay que reconocer que el viento ayudó lo suyo, pero también hay que desir que fuimos unos grandes aprendices, vamos, que al final, casi nos peleábamos por conducirla un rato!!! Pero, sobre todo, lo más importante es que salió viva, ilesa, no la rompimos, ni la estropeamos.
Lo que significa que, este fin de semana, habrá más catxirulo!!!
