Miope

P.D.«/>

Hoy se juega la final de la Copa del Rey (21:30 – Tele 5) y el Valencia, evidentemente, no estará en el terreno de juego. Ni en el de la final de la Champions. Ni luchando por la liga. Grrrrrrr… Y yo, que soy envidioso (lo reconozco, siempre una envidia sana, pero envidia a final de cuentas), pues me toca las pelotillas no poder sentir ese cosquilleo de las grandes ocasiones. Y mira que no podemos quejarnos, que llevamos una buena racha de títulos, pero me pica ver una final y no estar involucrado y, más, si es la Copa del Rey.

Porque los que estuvimos allí nunca lo olvidaremos… Hubo más finales. Los títulos de liga. Pero Sevilla siempre será Sevilla. Ese caluroso día de junio del 99 fue mágico.

Jejeje… hoy me voy a poner sentimentaloide en lo futbolero. Qué partido, chicos. Qué equipo (ese Ilie!!!). Y qué fiesta por las calles. Era el primer título después de veinte años y la ocasión lo merecía. Sólo con deciros que a mi padre no le importó que me fuera hasta allá teniendo examen el lunes. Qué iba a decir. El nos consiguió las entradas gracias a una rocambolesca jugada con su jefe. Una vez allí, todo fue espectacular: bailando, cantando, gritando, corriendo, unos subidos a los semáforos, las tracas, las gaitas de Molins, los patitos… todo por ver la Giralda.

Y es que lo más genial del asunto es que nos encontramos medía Torrent allá. La próxima vez pillaremos un bus conjunto. Que recuerde así a primera memoria estaban: Molins, Álex, mi hermano, Salva y Pepe, Arturo, los Forner, Santi Fernández, Simarro, Fernando Fabiá, Gustavo, Josema, Pablo Planells, Santi Marín, Edu Esteve… incluso Mi Santa!!! Todo un equipasso que se encargó de poner el factor torrentí en Sevilla. Luego, en verano, todos lo recordaríamos. Y muchos, nos encontraríamos haciendo el Camino de Santiago. Lo que tuvieron que aguantar los peregrinos con la puñetera copa.

Del partido poco que decir. Fue un paseo miltar. Con tres golazos increíbles. Sólo recuerdo que con el primer gol (Piojo) me quedé sordo. Todo fue un griterío ensordecedor, como locos. Lo veo ahora como una nebulosa todos caídos en el suelo, medio llorando, medio riendo. Y, pum, luego va Mendieta y hizo lo que hizo. Después todo ya fue cantos y el probe Migué. Vaya… creo que voy a llorar…

Años después. Un día, en el junior, los niños iban haciendo una encuesta sobre nosequé. Entre otras preguntas me pidieron que dijera el día más feliz de mi vida. Me lo pensé, lo reconozco, pero acabe diciendo: la final de Copa. Luego, siguieron los chavales yendo por los cuartos preguntando a otros educadores.

¿Adivinan que respondieron Salva y el Forner?