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Me comentaba el otro día mi Santa que si, justo cuando se levanta, escucha una canción, se le clava en la cabeza y no hay manera de quitársela. No sé si será verdad, pues me levanto escuchando al Francino en la SER, pero si que es curioso ese proceso dentro de nuestra perola, porque cuando se nos atasca un estribillo pegajoso no hay manera de soltarlo, como si fuera un chicle en nuestra suela mental.
Y saco el tema porque es lo que estoy sufriendo estos últimos días. Estoy que no cago con dos musiquitas que son la banda sonora de mi vida cotidiana. Me acompañan a todos lados. Y encima yo las alimento.
Por un lado, como era de esperar, el Sr. Quique González. Recordarán que en la crónica de su pasado concierto en Valencia hablaba de una de las canciones nuevas que estrenó el sólo a la guitarra («Caminando en círculos») y que nos dejó a todos los pelos de punta. Pues ya pueden escucharla. Sólo tecleen http://www.quiquegonzalez.com y, sin que se dén cuenta, les saldrá ella solita, la canción, como adelanto de su nuevo disco en directo. Yo lo he hecho y ya me la sé hasta en guitarra. Que le vamos a hacer.
Por el otro lado de la cama, tenemos el descubrimiento de la temporada: Babasonicos. Se trata de un grupo argentino de esos llamados «de culto» que, ahora se ha convertido de masas. Y sólo gracias a un simple y pegadizo estribillo («Algunas noches soy fácil, no acato límites»). Escúchenlo si pueden. La Rolling lleva tiempo poniéndolos por las nubes y con una curiosa apuesta: si la escuchan tres días seguidos no podrán soltarla. En Argentina suena en todas las tiendas.
Es la triple canción del año. Porque es una en tres seguidas: Carísmatico/Yegua/Un flash
PD. Gustosamente os hubiera acompañado visualmente este post con la portada del disco «Anoche» de los Babasonicos. Pero va ser que no. Dentro de esta serie de catastróficas desdischas en el que vive bitacoras.com, resulta que ahora no me deja subir fotos. Hay que joderse.
Miope 