Tú eres un cabróooon!!!

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Me encantan las anecdotas graciosas que tiene la propia vida. Son mucho mejores que los chistes o las escenas del cine. En este punto, mi amigo y hermano comilitó Paco «Bolinga» es el mejor. Sus historias son reales y inverosímiles a la vez. Además, las cuenta con una gracia majestuosa.

Toda esta introducción viene a cuenta de un historia que anoche J.R. me relataba cenando (raro que cenemos todos juntos). La conversación (no me digan por qué) giró hacia la camadería que tienen los chofers de trailers entre sus semenjantes de gremio. Decía mi hermano que no tienen reparo en dejarse sus propios automóviles para lo que sea y, incluso, con consecuencias desastrosas.

Uno de su empresa (llamémosle, a partir de ahora, Soltero) tenía el coche propio estropeado y decide irse a cenar mientras cargan su trailer, para ello le pide las llaves del auto a otro chófer de la misma empresa (Casado). No problem, colega. Soltero se marcha a cenar y, de postre, decide irse de putas. Living la vida loca.

En estas, ironías de la vida, que marcha por la carretera a la misma hora la señora esposa de Casado y, para más coincidencia, Soltero está gozando del «sexo de pago» en la localidad natal de Mrs. Casada. Ésta que pasa por el putiferio, mira de reojo el aparcamiento, ve un coche que le suena, coño, ¿esa no es la matricula de mi marido?

Tiroriro, tiroriro. Suena el móvil de Casado. «Diga…..» «Tú eres un cabróooon!!!». «Suelta ahora a esa guarra y ven para casaaaa». Casado se caga encima. Da explicaciones. «Que no, que no, nena». Su amada despechada no entiende a razones de cuernos. Nos vemos en el juzgado.

Soltero acabará yendo al hogar de la Familia Casado para dar las explicaciones pertinentes y salvar un matrimonio. Son así de camaradas los chófers.

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