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Agosto

Cada universo tiene sus propias leyes. La playa sus rutinas. Su sonido de fondo. El sol se cuela por las persianas. Te despierta lentamente. Hasta que alguien salta sobre ti. Nos ponemos camisetas chungas. Chanclas. En verano todo vale. Compramos el periódico. Nos perdemos en el supermercado. A mediodía buscamos el mar. Nos turnamos. Mientras la mezo dejo la mente en blanco. Trazo planes, proyecto ideas. Laia ha aprendido a sonreir. Pep a pedir. Pero roba juguetes en la piscina. Nos ensuciamos comiendo. Nos dormimos la siesta. Cara a cara. Mirándonos. Vemos la televisión, vídeos. Hasta La La Land. Los de conciertos nos joden por dentro. A veces quisiéramos escapar. Volver a la antigua vida. Al cine. Pero no podemos vivir sin ellos. Jugamos en la cama. A entrevistas. Misas. Cocinitas. Con los sonajeros. Hay piscina de tarde. Paseos nocturnos. Parque. Coches. Caídas. Brindís. Risas y lloros. Cuentos para dormir. Noches sin despertador. Tomas de madrugada. El verano era esto. Pero hoy llueve. Ya no se oyen las olas. La otra vida empieza a arrancar. Con sus subidas y bajadas. Con el vértigo del futuro. Es curioso. Siento que estando los cuatro juntos nada puede ir mal. O, al menos, que todo se puede superar. Hasta el jodido agosto. Que siempre me angustia al comenzarlo, ya ves tú.
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Y nunca es para tanto.

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