No me creen cuando lo digo, pero, este año no quiero nada para Reyes.
Que sí, en serio, que no tengo necesidad concreta de nada. Me apaño perfectamente con lo que tengo. Mis aspiraciones son más bien inmateriales.
Pero, claro, luego uno piensa que si no hay gasto no hay consumo y sin consumo pues la economía va a trompicones.
Encima, uno no quiere nada, pero, cuando te regalan, pues oye, que no dices que no.
Y llegamos al principio de la historia, que acabas cayendo.
Que la estrella a la que sigues es la luz de unos grandes almacenes.
Miope 